Valor a profundidad
El valor se clasifica según el rubro de la empresa, es decir, si es gubernamental, el valor se mide en calidad del servicio, imagen y reputación, mientras que para entidades privadas con fines de lucro, el dinero será su indicador de valor más preciso, sin embargo no escapa de también considerar, la marca, la reputación y la relación con los clientes. ¿Cómo tecnologías posibilita este incremento de valor? Veamos, los puntos más importantes de la empresa para responder a este cuestionamiento.
¿A donde va la empresa?
Podría considerarse no muy relevante, sin embargo muchas empresas no tienen clara la misión para la cual existen y mucho menos tienen visión empresarial, a veces, por un tema de sobrevivir en el mercado, acuden a la diversificación, saliéndose rotúndamente del margen para el cual han sido creados, es decir, amplían su cartera de servicios para cubrir mayor demanda del mercado, haciendo que su misión quede un poco difusa. Por lo tanto, es muy importante conversar con los dueños del negocio o creadores de la idea original (en caso se trate de una franquicia) y determinar el significado de la empresa en el mercado, ¿Qué diferencia hay de ellos con los demás?, hasta que no se descubra ello, la empresa está destinada a ser una empresa más en el mercado con rentabilidad de repente sostenible pero monótono en ideas.
¿Cómo cumplirá su misión la empresa?
Si la misión es clara y abarca los puntos importantes como los ejes de operaciones vitales de la empresa, el personal involucrado y la tecnología con la que cuenta; y además la visión está constituida por fechas realistas y ambiciones que pisan tierra, se tendría que avanzar al siguiente punto: los objetivos estratégicos de negocio, aquellos que tras una planificación y foro interno determinará los pasos a cumplir bajo la mira de 4 perspectivas claves de toda organización, las finanzas, el cliente, los procesos internos y la formación de personal. Los objetivos no pueden estar encerrados sólo en cumplimiento de metas de la parte financiera, es clave la visión completa de estas cuatro perspectivas. Un ejemplo para cada una podría ser: aumentar la prospección de clientes a un 15% en el primer año, buscar aumentar un 5% de satisfacción del cliente, implementar un marco automatizado para la aprobación de documentos procesales y, buscar aprobaciones de exámenes de conocimientos un 10% más que el año anterior en las evaluaciones internas o cursos solventados por la organización.
TI mete la mano
Esos objetivos entonces se plasman en un documento que servirá como eje principal para el desarrollo de la empresa, y nadie deberá estar haciendo algo en la empresa que no apoye al menos a uno de los objetivos planteados. Tras ello, esos objetivos de negocio serán la base para crear un los objetivos de tecnologías de la información, donde de igual manera deberán estar bajo la lupa de estas cuatro perspectivas pero enfocado al área de TI, considerando que en esta oportunidad los clientes vienen a ser representados por los usuarios finales. Como ejemplo podrían colocarse objetivos de TI como: Mejorar las estimaciones de costos al 95%, Responder en menos de 5 minutos las incidencias informadas por el cliente vía web, Realizar una auditoría externa por lo menos una vez al año, Capacitar a nuestro personal tres veces al año en conocimientos de su área correspondiente. Como podrá ver se guarda una relación con los objetivos de negocio y los de TI, y en algunas ocasiones tendrá una relación de uno a muchos, es decir, por ejemplo, dos objetivos de TI empujan a un objetivo de negocio.
Consejo audit
Podría ser tedioso construir todo un ambiente de gobernabilidad, pero si no se tiene claro todo esto, la organización seguirá yendo a la deriva. En audit somos expertos en la generación de valor desde las tecnologías de la información. Convertimos sus objetivos de tecnologías de información en valor palpable para su empresa, real y verídica.